Benito Mussolini y su amante muertos
Benito Mussolini y Clara Petacci fueron capturados por los partisanos comunistas italianos el 27 de abril de 1945, cerca de la pequeña ciudad de Dongo, cuando intentaban fugarse a Suiza.
La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y el militante comunista Walter Audisio, conocido como "coronel Valerio", este último venía con las instrucciones de dar una muerte violenta a Mussolini.
Según versiones posteriores que se hicieron oficiales , se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini, pero su amante Clara Petacci intentó interponerse y Audisio la conminó a retirarse. La ametralladora se encasquilló y Audisio sacó inmediatamente su pistola, pero nuevamente Petacci se interpuso entre el ejecutor y su víctima. La pistola no funcionó y Audisio, en un acto de nerviosismo, pidió otra ametralladora a uno de sus acompañantes, esta vez se escapó del arma una ráfaga que alcanzó a Clara Petacci y la mató en ese instante, la misma ráfaga alcanzó a Mussolini quien cayó al suelo agonizante y fue ultimado por un partisano de un certero balazo en el corazón.
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo.
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.[28] Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de unos partisanos. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que sus rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.
La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y el militante comunista Walter Audisio, conocido como "coronel Valerio", este último venía con las instrucciones de dar una muerte violenta a Mussolini.
Según versiones posteriores que se hicieron oficiales , se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini, pero su amante Clara Petacci intentó interponerse y Audisio la conminó a retirarse. La ametralladora se encasquilló y Audisio sacó inmediatamente su pistola, pero nuevamente Petacci se interpuso entre el ejecutor y su víctima. La pistola no funcionó y Audisio, en un acto de nerviosismo, pidió otra ametralladora a uno de sus acompañantes, esta vez se escapó del arma una ráfaga que alcanzó a Clara Petacci y la mató en ese instante, la misma ráfaga alcanzó a Mussolini quien cayó al suelo agonizante y fue ultimado por un partisano de un certero balazo en el corazón.
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo.
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.[28] Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de unos partisanos. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que sus rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.
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